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domingo, 28 de abril de 2013

Comentario critico Sicko


En esta entrada comentare algunos aspectos más relevantes de la película Sicko. Para ello tendremos que utilizar 8 artículos, en los que veremos cómo es realmente el sistema sanitario liberal y el de los otros países como Reino Unido y España.

Para empezar, es importante saber cómo bien dice el artículo de Freire que, la salud es un bien esencial para la vida, el bienestar, y la economía. También afirma que los países europeos cuentan con sistemas de protección social que dan cobertura a toda la población, sin excepción alguna. Además, la financiación pública por impuestos va unida a la cobertura universal y es igual para toda la población (1). Es decir, que nuestro sistema sanitario ofrece una cobertura universal y se paga a través de impuestos que todos pagamos por igual, o sea, que para nada es “gratis” como se muestra en la película. Sí que es verdad que alguien podría pensar, ¿Por qué tengo que pagar con mis impuestos la sanidad de otra persona?, por ello existen en nuestro país seguros privados que se pueden contratar y que evidentemente tienen muchos más recursos que los que ofrece la sanidad pública, pero en mi opinión la finalidad de ambos es la misma, buscar el bienestar de la población.

Un aspecto llamativo del sistema sanitario de EEUU es que ha llevado a la bancarrota las familias estadounidenses, precisamente por la imposibilidad de pagar las facturas médicas y las pólizas del aseguramiento privado. Por otra parte, la financiación de la asistencia sanitaria a cargo de las empresas (donde las pólizas de aseguramiento privado las pagan los empresarios y trabajadores) significa un coste adicional que les pone en situación de desventaja competitiva frente a empresas extranjeras que no tienen tales costes. Esta situación favorece también la internacionalización de la producción en tales empresas como manera de ahorro de tales costes. La financiación basada en el aseguramiento privado es la causa de que el sistema sanitario además de ser enormemente costoso sea ineficiente, poco equitativo y muy impopular (2). Lo que aquí cabe destacar, en relación con el documental, es el miedo que tienen los estadounidenses a ser despedidos, puesto que si trabajan tienen cobertura sanitaria y por el contrario la perderían y encima se quedan sin ningún tipo de ingreso para poder costearse un nuevo aseguramiento privado, por lo que se sienten impotentes por no poder hacer nada y encima están totalmente desamparados.

El sistema de salud de una nación puede ser de la mejor calidad y eficiencia económica, pero si a las personas que necesitan sus servicios se les priva de los mismos o se les desalienta a utilizarlos, entonces ese sistema no está respetando los derechos fundamentales de la población.

Aunque EEUU no tiene un sistema nacional de seguro de salud para beneficio de la población en general, sí dispone de un programa de seguro de salud global para las personas de la tercera edad, llamado Medicare. Todas las personas tienen derecho a acogerse a Medicare al cumplir 65 años, siempre que ellas o su cónyuge tengan 10 años o más de cotización al sistema de seguro social. En la última década Medicare ha agregado cobertura de una gama modesta de servicios preventivos. Casi las tres cuartas partes del total de personas de la tercera edad obtienen un seguro privado suplementario (Medi-gap) para reducir los costos que no cubre Medicare. Para pagar los deducibles y copagos de Medicare, las personas con escasos recursos también pueden acceder a un programa de beneficencia en cada estado (Medicaid) (4). En definitiva, que para poder disfrutar del servicio Medicare debes de cumplir 65 años y haber cotizado al menos 10 años, pero la parte negativa es que este programa no lo cubre todo, por lo que muchos usuarios contratan un seguro complementario que abarque la cobertura faltante. Algo bueno que tiene esto, es que hay una ayuda económica para personas que no se puedan pagar ese seguro complementario.

EEUU tiene algunos centros sanitarios de gran excelencia. Y, sin embargo, la financiación y organización del sistema sanitario es una de las peores hoy existentes. Es un sistema de financiación predominantemente privado, gestionado por las compañías de seguros. Por ejemplo; el 20% del gasto sanitario consiste en el pago directo del paciente al médico o al hospital, uno de los más altos del mundo. Además, para las personas con enfermedades crónicas que no trabajan o no tienen cobertura, es dificilísimo conseguir aseguramiento (5). Respecto al documental, es cierto la dificultad existente, en EEUU, para contratar un seguro privado, puesto que realmente son las compañías las que eligen a quien quieren cubrir(son muy selectivos al respecto) y las condiciones del aseguramiento.

Los análisis coste-efectividad y las evaluaciones económicas de tecnologías sanitarias son herramientas fundamentales en el establecimiento de prioridades, cuando se utiliza el criterio de eficiencia. Sin embargo, en España esos estudios son escasos y sus resultados tienen un impacto muy limitado en la toma de decisiones sobre asignación de recursos sanitarios. A menudo se considera que una tecnología sanitaria es más eficiente que otra exclusivamente cuando ahorra dinero, es decir, cuando a igualdad de beneficios su coste es menor, olvidando que una intervención también será eficiente si el beneficio extra que produce compensa su coste adicional. En España, no existe un criterio similar que permita decidir sobre la aceptabilidad o no de una tecnología sanitaria en función de su coste-efectividad. Aunque el número de evaluaciones económicas de tecnologías sanitarias realizadas en España está aumentando, aún son escasas las publicaciones en las que los autores discuten si su coste sería aceptable socialmente (6).


A pesar de que EEUU es la nación del mundo que más tanto por ciento destina del PIB a sanidad, el porcentaje de personas sin seguro médico ha aumentado en los últimos cinco años. Cabe destacar también que la atención varía notablemente entre estados y entre hospitales y no se controlan adecuadamente patologías crónicas como la diabetes o la hipertensión. Se estima que si la sanidad norteamericana funcionara según parámetros de calidad aceptables, se salvarían 150.000 vidas y se ahorrarían 100.000 millones de dólares cada año. Por si fuera poco, las últimas encuestas indican que el 40% de los estadounidenses asegura haber recibido una atención ineficiente, descoordinada o insegura. Ante estos datos, muchos se plantean si es necesario realizar cambios en el sistema establecido y si estos cambios deberían ir hacia los modelos europeos de cobertura universal. Quizás el intento de reforma del sistema más audaz, que aunque no se llevó a cabo sí hizo mella en la opinión pública, fue la llamada Ley de Seguridad Sanitaria (Health Security Act) propuesta durante el mandato del presidente Clinton en 1993. Afirmaciones como que el costo del cuidado de la salud estaba devastando familias y amenazaba con llevar a la bancarrota a las empresas eran algunas de las justificaciones que esgrimía el ex presidente que en su momento calificó el sistema vigente como “el más caro, el más derrochador, el más burocrático y el más ineficaz del mundo”. No obstante, la encargada de sentar las bases en las que se fundamentaba esta propuesta fue Hillary Clinton (3). Es una realidad que EEUU invierte mucho dinero en sanidad, de ahí a que tengan los últimos avances tecnológicos, cosa que en España no se hace (se invierte muy poco). Pero ni tanto el exceso como el defecto de gasto es bueno para un sistema sanitario.

En España, la crisis económica no puede ocultar la necesidad de transformación del Sistema Nacional de Salud. Desde hace años son bien conocidas las dificultades financieras del sistema sanitario, cuyo gasto crece a un ritmo superior que la economía. El desarrollo y la difusión de las nuevas tecnologías y la mayor utilización de los servicios de salud, junto con el gasto farmacéutico, la inflación de los precios y la poca eficiencia del sistema, explican el nuevo contexto. Los retos que afronta el sistema de salud no son nuevos: abordar la deuda, mejorar la financiación, revisar el catálogo de prestaciones, transformar el gobierno del sistema y dotar a las instituciones de una real autonomía de gestión. La gravedad de la situación económica puede ser una oportunidad para efectuar los cambios largamente esperados (7). En resumen, actualmente la sanidad española no está pasando por su mejor momento ya que existen dificultades financieras desde hace años y la consolidación de sistemas de salud de cobertura universal en los países europeos más avanzados ha contribuido, durante los últimos 50 años, a una permanente mejora de los indicadores de salud, pero también a un aumento continuado del gasto sanitario, superior al crecimiento económico.

Entre las opciones posibles para mejorar el balance entre ingresos y gastos en el sector sanitario español, los sucesivos gobiernos han optado por aplicar recortes en los salarios de los trabajadores y profesionales, en los precios de los medicamentos y de alguna cosa más, y por trasladar parte de estos precios a los usuarios. El por qué no es difícil de entender. Los recortes son relativamente fáciles de implantar. Y a los ministros y consejeros de Hacienda que les parecen ahorros claros. Euros contantes y sonantes. Pero los recortes, pese a ofrecer cierto alivio inmediato a las haciendas públicas, son una pobre solución a medio largo plazo. No actúan sobre los factores subyacentes en el crecimiento del gasto (8). El problema principal que veo en el tema de recortes por parte del gobierno es que, tanto ministros como consejeros, no saben nada del sistema sanitario, únicamente el gasto que genera.

Con este análisis he podido comprobar que ni el sistema sanitario de EEUU es tan malo, ni el de Reino Unido, España y similares es tan bueno como presenta Moore en el documental.

La bibliografía utilizada a sido la siguiente:

(1) Freire, José Manuel. El Sistema Nacional de Salud español en perspectiva comparada europea:  diferencias, similitudes, retos y opciones. Claridad. 2006;7: 31-45.
(2) Navarro López, Vicenç. Crisis Sanitaria y Crisis Económica en EEUU ¿Cómo están relacionadas?. Temas para el debate. 2009;174: 61-66.
(3) Barrera Páez, L. RJ, M. Los intentos de reforma sanitaria en Estados Unidos, cada vez más hacia el modelo de cobertura universal. 2005.
(4) P.Wallace, Steven y Enriquez-Haass, Vilma. Disponibilidad, accesibilidad y aceptabilidad en el sistema de atención médica en vías de cambio para los adultos mayores en los Estados Unidos. 2001;10(1).
(5) Navarro V. El modelo sanitario liberal: EEUU. 2013.
(6) Sacristán JA, Oliva J, Del Llano J, Prieto, L. y Pinto, J.L. ¿Qué es una tecnología sanitaria eficiente en España? 2001 2002;16(4):334-43.
(7) Peiro, Manel y Barrube, Joan. Nuevo contexto y viejos retos en el sistema sanitario. 2012;65(7):651-655.
(8) Peiró S. Para salir del hoyo, lo primero es dejar de cavar. 2012;44(12):691-694

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